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El hombre de las majors, el senador Dodd, dispuesto a salvar Hollywood

La figura del jefe de la Asociación del Cine de EEUU (MPAA) tal vez no sea muy conocida, pero por sus manos, las del recién llegado Chris Dodd, ex senador por Connecticut durante 30 años, pasan gran parte de las esperanzas de futuro de Hollywood.

Dodd, a sus 66 años, es el nuevo presidente y consejero delegado de la poderosa MPAA, cuyo presupuesto anual roza los 72 millones de dólares. Emprenderá sus nuevas labores a partir del 17 de marzo en un escenario cambiante, repleto de retos en torno a la piratería y los distintos objetivos de los conglomerados mediáticos.

«Chris ha servido a nuestro país como un senador respetado y admirado durante 30 años; somos mmuy afortunados de que vaya a aportar su estatura política y talento para apoyar los esfuerzos creativos de nuestros cineastas y de toda la gente que trabaja en nuestra industria, aquí y en el resto del mundo», dijo el presidente de Fox Filmed Entertainment, Jim Gianopulos.

La MPAA es la interlocutora del cine ante la administración estadounidense. Ante ellos sirve, desde sus oficinas en Los Ángeles y Washington, como portavoz de los grandes estudios de la industria (Walt Disney, Paramount, Sony, Twentieth Century Fox, Warner Bros y Universal) en sus vertientes dentro del mundo del cine, la televisión y el mercado del DVD.

Si Dodd logró el consenso para reformar el sistema financiero de Wall Street y obtener avances en materias como salud, educación, trabajo y pensiones, ahora deberá conseguir de nuevo que todas las partes remen en la misma dirección.

«Necesitamos liderazgo y un esfuerzo conjunto para enmendar los problemas y elevar esta industria», declaró.

Entre sus principales funciones como jefe de la MPAA figura la de dictaminar la clasificación de las películas por edades (desde la temida R, de «Restricted» -restringida- a menores de 18 años, hasta la G, de «General», para todos los públicos) que en muchas ocasiones resulta un factor decisivo en el rendimiento de una cinta en taquilla.

Para Dodd, que como cabeza visible del ‘lobby’ tendrá un salario de 1,08 millones de euros, el principal caballo de batalla será hacer frente a las descargas ilegales, una cuestión con frentes abiertos en todo el mundo.

«La amenaza digital no es un problema limitado a la industria del cine», dijo el ex senador tras aceptar el cargo. «Es un problema que incide en la propiedad intelectual», añadió el nuevo hombre estrella de Hollywood en Washington. Y para ser claro al respecto puso un ejemplo de lo más ilustrativo.

«Si vas por la calle y robas artículos de una tienda, te arrestan. En algunos casos se llama saqueo. Eso es exactamente lo que está ocurriendo con la propiedad intelectual. Se está saqueando y necesitamos ponerle freno», explicó.

Pero no será el único. La asistencia de espectadores a los cines en EEUU ha caído en picado durante la última década y en lo que va de 2011 el número de entradas vendidas es un 22% menor al obtenido el año pasado. El mismo panorama asola al mercado del DVD y a las principales retransmisiones televisivas, como los Oscar.

Otro de los asuntos principales en su agenda será el de la apertura de los mercados, con el objetivo de que en China o en los países de Oriente Medio no se boicotee el producto estadounidense por razones políticas.

Sin duda todo un reto para el aspirante a la candidatura presidencial demócrata en los comicios de 2008, cuya experiencia previa en esta industria fue hacer de sí mismo en la sátira política ‘Dave’ (1993), la cinta protagonizada por Kevin Kline y Sigourney Weaver bajo la dirección de Ivan Reitman.

La MPAA ha permanecido un año y medio sin jefe desde la renuncia de Dan Glickman, ex congresista y antiguo secretario de Agricultura de EEUU, que a su vez tomó el testigo de una figura mítica dentro de la institución: Jack Valenti.

Valenti, al frente de la agencia durante cuatro décadas y conocido por sus poderosos y enérgicos discursos -además de por su sempiterno bronceado- actuaba y lucía como un gran talento de Hollywood. Dodd, en cambio, promete hechos.

Su expediente, experiencia y talante hablan por sí mismos. Graduado en Derecho en 1972, sirvió en la Guardia Nacional de Connecticut y formó parte de la reserva de la Armada estadounidense antes de ser elegido para el Congreso en 1974. Siete años después se convirtió en senador demócrata por Connecticut, cargo que no abandonó hasta enero de este año.