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Roman Polanski cumple 80 años


Roman Polanski, nacido Rajmund Roman Liebling en París el 18 de agosto de 1933, se hacía esta reflexión hace no muchos años, cuando aún se encontraba preso en su propia casa, cumpliendo un arresto domiciliario dictado por las autoridades suizas, país donde fue detenido cuando aún estaba en busca y captura por haber abusado de una menor treinta años atrás.

«Me gustaría ser juzgado por mi trabajo y no por mi vida. Si hay alguna posibilidad de cambiar el destino, sólo puede ser en lo que se refiere a la vida creativa; ciertamente, no puedes cambiar tu vida».

«Intentamos igualar los géneros, eso es totalmente idiota», afirmó entonces el realizador y, acto seguido: «Creo que es una pena que ofrecer flores a un mujer se haya convertido en algo indecente».

Polémico, sarcástico, egocéntrico y genial, el francés de origen judío y polaco cumple 80 años en plenas facultades, con un último film esperando su momento para mostrarse en las salas de cine, tras su presentación en el Festival de Cannes de 2013, donde pasó con más pena que gloria.

Sin Palma de Oro y con la polémica desatada por unas declaraciones misóginas efectuadas en la rueda de prensa de presentación de «La Vénus a la fourrure», donde le acompañaba su tercera esposa, Emmanuelle Seigner, protagonista de este film, Polanski volvía a los titulares otra vez por asuntos ajenos al cine.

Polanski respondía a una pregunta sobre cómo veía la evolución de la mujer en los últimos años, dado que su película trata sobre la relación de dominación que se establece entre un hombre y una mujer.

«La píldora (…) ha masculinizado a la mujer, y hay otros elementos que alejan el romance de nuestras vidas: es una verdadera pena», mantuvo el director, desafiante incluso con su mujer, a la que lanzó uno de sus comentarios machistas.

«Van a creer que eres una rubia tonta», le dijo, cuando ella respondió vagamente a la pregunta de si consideraba que su personaje era una diosa de la venganza.

La longevidad no ha mermado su capacidad de trabajo: a la edad de la jubilación, el francés rodó «La novena puerta», con Johnny Deep, y más tarde, «El pianista» (2002), con la que consiguió su, de momento, único Óscar.

Después rodó «El escritor», Oso de Plata en Berlín y ganadora de seis Premios Europeos; «Un dios salvaje», basada en la obra de teatro de Yasmina Rheza, nominada a los Globos de Oro y esta última, «La Vénus á la fourroure», que se estrena a partir de noviembre.

De padres judíos polacos, asesinados por los nazis en los campos de concentración de Auschwitz y Mathausen, el niño Polanski sobrevivió los años de la guerra haciéndose pasar por católico en familias de acogida y después, mendigando, tal y como contó el propio director en su autobiografía «Roman por Polanski» (Grijalbo, 1985).

A los 21 años debutó con el cortometraje «Rower» (1955), aunque no es hasta 1962 cuando rueda su primer largometraje, «El cuchillo en el agua», el único filmado en Polonia, candidato al Óscar como mejor película extranjera.

Para aquel entonces, Polanski, de 30 años, ya se había divorciado de su primera esposa, la actriz Barbara Kwiatkoska-Lass.

De carácter imprevisible e inquieto, el trabajador incansable que ha sido y continúa siendo Polanski se trasladó a Estados Unidos en 1967, donde vivió su primer reconocimiento profesional por «El baile de los vampiros». Allí conoció a su segunda esposa, la trágicamente famosa, y bellísima, Sharon Tate, con la que se casó en 1968.

Ese año, el director polaco filmó una de sus películas más emblemáticas y polémicas, «La semilla del diablo», interpretada por una jovencísima Mia Farrow, nominada al Óscar y de gran repercusión internacional. Vivía sus mejores años.

La muerte de su esposa a manos de una secta liderada por un asesino en serie, Charles Manson, cuando Tate estaba embarazada de ocho meses y Polanski se encontraba en Londres rodando «Macbeth», le mantuvo apartado del cine más de cinco años.

Regresó con «What?» (1973), y poco después hizo «Chinatown» (1974), una cinta que impactó a nivel internacional, con Jack Nicholson y Faye Dunaway, que logró once nominaciones a los Óscar.

En 1977, Polanski vivió otro convulso episodio en su biografía: una niña de trece años, Samantha Geimer, le acusó de haberla forzado a mantener relaciones sexuales con él, abuso que él reconoció justo antes de huir a Europa para evitar la cárcel.

En 1978 se instaló en Francia, de donde no podía ser extraditado al tener nacionalidad francesa, y nunca ha vuelto a pisar suelo estadounidense.

El próximo 17 de septiembre, 35 años después, aquella niña, hoy una mujer adulta, publicará su biografía «The girl: A life in the shadow of Roman Polanski» (Atria Books), donde reclama la identidad que le fue arrebatada en su adolescencia.