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Los combates a espada no eran como el cine nos dice

Hemos crecido viendo películas en las que joviales espadachines se batían en duelos y nobles caballeros entrechocaban sus aceros enfundados en armadura pesada. Lamentablemente, la realidad de los combates a espada era un poco más sucia y, sobre todo, menos con menos coreografía. Este documental la muestra.

El documental lo ha dirigido el realizador Cédric Hauteville, lleva por título Back to the Source (Regreso a los orígenes) y recoge el largo trabajo de investigación de numerosas asociaciones europeas de esgrima medieval. Los miembros de estos grupos no son solo entusiastas de las espadas, sino auténticos estudiosos que examinan todo texto antiguo que cae en sus manos para tratar de revelar nuevas claves sobre cómo se usaban las armas desde la baja edad media hasta la época en la que la pólvora comenzó a relegar las armas cuerpo a cuerpo.

¿Cómo era el combate real con espada? Para empezar era más violento y mucho menos frívolo. El objetivo de los contendientes no era hacer bonitas florituras con la espada, era matarse lo antes posible. Entre los detalles que las asociaciones de Historical European Martial Arts (HEMA) podemos encontrar algunos bastante singulares:

Primero la punta, luego el filo

La mayor parte de espadas se usaban para apuñalar, no para cortar. Las estocadas son más rápidas que los cortes amplios y tienen más posibilidades de colarse entre la armadura.

Lucha libre enlatada

Los combates con armadura pesada eran más parecidos a la lucha libre que a la esgrima. La espada se llegaba a sostener con dos manos (una en el filo, protegida por el guante) para poder dar estocadas rápidas y golpes con la empuñadura. La mayor parte de las veces, el objetivo era tumbar al contendiente para colarle una daga entre las placas de la armadura (a menudo en el visor).

Sostener una espada, no un palo

Ni siquiera sabíamos como se sostienen algunas armas. Las espadas de mano y media o dos manos no se sostenían como un bate de béisbol, como hacen en muchas películas, sino con una mano en el pomo de la empuñadura, lo que permitía hacer giros mucho más rápidamente.

Espadas para control de multitudes

Espadas como el Claymore escocés estaban pensadas para mantener a varios contendientes lejos girándolas alrededor. La mayor ventaja de estas armas no era tanto el filo como los brutales golpes que propinaban por una simple cuestión de peso.

El trabajo de estas asociaciones no ha terminado, y aún hay mucho que aprender de los antiguos textos sobre esgrima y de crónicas que detallan combates, pero lo que está claro es que, desde Errol Flynn a Juego de Tronos, lo que nos enseñan en cine y series es bastante poco realista. Este es el documental. Está solo en inglés, pero merece mucho la pena.