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Transformers 3: el vehículo lunar LRV

Con el acercamiento del estreno de Transformers 3: Dark Side of the Moon, he creído que quizás os interese un poco de culturilla acerca de uno de los vehículos de la NASA de cuando el hombre llegó a la Luna, dado que sale brevemente en la peli. Por suerte, Motorpasión tiene un excelente artículo sobre ello.

LRV es el acrónimo de Lunar Roving Vehicle, el primer automóvil conducido por el Hombre fuera de la Tierra. El LRV era un vehículo eléctrico construido por Boeing y General Motors, diseñado para operar en las condiciones de baja gravedad y ausencia de atmósfera de la Luna.

Fueron empleados tres prototipos durante las misiones del Apolo 15, 16 y 17. Cada una de estas misiones constaba de tres días y en ellas se utilizó el LRV para el desplazamiento de los astronautas sobre la superficie de nuestro satélite. Al comandante de la misión Apolo 15, David R. Scott, le cabe el honor de ser el primer conductor lunar.

Las distancias recorridas por cada LRV pueden parecer pequeñas y el tiempo empleado enorme, pero estamos hablando de la década de los 70, el Apolo 15 fue lanzado el 26 de julio de 1971 y de un escenario situado a 360.000 km.

Durante la primera misión, la distancia cubierta por el LRV fue de 27,8 km en 3 horas y dos minutos. La travesía única más larga en esta ocasión fue de 12,5 km, alejándose del Módulo Lunar 5 km. En la segunda misión en abril de 1972, Apolo 16, el LRV se empleó durante 3 horas y 26 minutos, con una distancia total recorrida de 26,7 km.

Fue en la última misión, Apolo 17 (diciembre de 1972), cuando las facultades del vehículo lunar se exprimieron al máximo. El LRV recorrió una distancia total de 35,9 km en 4 horas y 26 minutos de conducción total, la travesía única más larga fue de 20,1 km, llegando a separarse del Módulo Lunar 7,6 km.

Características técnicas del LRV

Peso

La NASA suministra el dato oficial de 210 kg de masa para el LRV. Podía transportar hasta 490 kg sobre la superficie lunar.

Chasis

El chasis del LRV se construyó con una aleación de aluminio formado por tuberías soldadas, con 3,1 metros de largo y una distancia entre ejes de 2,3 metros, formado por tres secciones y articulado en el centro para poder ir plegado en el Módulo Lunar para su transporte hacia el satélite.

Tenía dos asientos plegables de aluminio tubular con correas de nylon y paneles de aluminio en el piso. Los asientos estaban separados por un brazo, y en cada asiento había reposapiés ajustables. Los pilotos disponían de un cinturón de seguridad de velcro.

Suspensión

La suspensión del LRV era de doble horquilla con barras de torsión horizontal superior e inferior y un amortiguador entre el chasis y la horquilla superior. Completamente cargado el LRV tenía una altura libre al suelo de 36 cm.

Ruedas, frenos y dirección

La estructura central de las ruedas del LRV se construyeron en aluminio, con un diámetro de 81,8 cm y un ancho de 23 cm, envueltas en una capa de zinc y sobre ésta, una de acero. El 50% de la superficie de contacto estaba recubierta por tiras de titanio para proporcionar tracción.

Cada rueda del LRV disponía de su propio motor eléctrico de 0,25 CV, capaz de girar a 10.000 RPM con un ratio de desmultiplicación 80:1. Los frenos eran mecánicos. Contaba con dirección asistida eléctrica, una para cada eje, con motores independientes de 0,1 CV que giraban en sentidos opuestos.

Estas características otorgaban al LRV un radio de giro de tan sólo 3,1 metros. Los astronautas podían hacer girar el LRV con un sólo eje o empleando ambos a la vez. El control de la dirección se efectuaba con un mando similar a un joystick situado en el centro del vehículo.

Baterías

La energía eléctrica del LRV la proporcionaban dos baterías de 36 voltios no recargables, con capacidad para suministrar una carga eléctrica de 121 amperios-hora. Éstas se utilizaron para alimentar la unidad y los motores de dirección. En la parte frontal había otra batería para los instrumentos de comunicación y cámaras de TV. Las baterías funcionaban en un rango de temperatura óptimo mediante controles térmicos pasivos. No hay que olvidar que la temperatura en la superficie lunar puede alcanzar los 123 ºC.

Consola de control

El mando único de control, en forma de “T”, estaba situado entre los dos asientos. Desde él, se controlaban los cuatro motores de tracción, los dos de dirección y los frenos. A los movimientos en el mando “hacia delante”, “hacia atrás”, “derecha” e “izquierda”, respondía el LRV avanzando, frenando o girando, respectivamente. Un interruptor adicional accionaba la reversa. El freno de estacionamiento se activaba tirando completamente hacia atrás el mando.

La consola central informaba de velocidad, rumbo, inclinación del LRV y niveles de potencia de los motores y su temperatura. Como instrumentos de navegación disponía de un giróscopo, para medir la inclinación y un odómetro para el control de distancias.

Coste del proyecto

Con un presupuesto inicial de 19 millones de dólares, que se elevó a 38 millones después (millones de entonces…), se construyeron un total de 4 unidades, tres para cada misión Apolo mencionada y un cuarto como repuesto debido también a la cancelación del proyecto Apolo. Los vehículos de construyeron en un tiempo breve, considerando la naturaleza del proyecto: 17 meses, y su resultado: sin fallos importantes durante las tres misiones.

Conclusiones sobre el LRV

Harrison Schmitt, tripulante del Apolo 17 y uno de los seis únicos privilegiados conductores lunares dijo refiriéndose al LRV:

El LRV resultó ser el vehículo de exploración lunar confiable, seguro y flexible que se espera que fuera. Sin él, los principales descubrimientos científicos del Apolo 15, 16 y 17 ni nuestra comprensión actual de la evolución lunar no hubieran sido posibles”

El LRV supuso un gran avance en las misiones científicas del proyecto Apolo, permitiendo a los astronautas una movilidad inalcanzable hasta el Apolo 16. En las anteriores, la extracción de materiales e instalación de equipos se circunscribía a los alrededores del Módulo Lunar.

La autonomía y capacidad de carga del Lunar Roving Vehicle, que doblaba su peso, hicieron posible el transporte de instrumental de mayor tamaño y sobre todo, la recolección de rocas lunares en zonas donde hubiera sido inviable aterrizar. Harrison Schmitt, el astronauta cuyas declaraciones se citan, era el geólogo de la misión Apolo 17.

Con su aspecto desgarbado, espartano y artesanal, este vehículo ha supuesto uno de los hitos más importantes de la industria automovilística en su historia. Ahora, con la perspectiva de 40 años, puede que no se valore en su justo término lo que supuso el LRV. En los 70 estas “cosas” se emitían por TV dejando paralizada a la audiencia de todo el planeta, ahora la conquista espacial es una noticia casi de segunda fila. Eran otros tiempos.

Via | Motorpasión