Helen Mirren y su belleza


Publicado el viernes 5 junio 2015


Una de las figuras que inspiran amor verdadero es la extraordinaria actriz brillante, y munher muy sexy – a pesar de ser británica – Helen Mirren. Ya se que a estas alturas que toda la población mundial comparte mi alta opinión del talento y la sensualidad de Helen: hasta mi ex-novia alemana bisexual, promiscua, perturbada y sadomasoquista muy depravada (quien, por cierto, tuvo también su lado malo – era fan de grupos como Throbbing Gristle y Coil) siempre decía que le experiencia más formativa de su vida cinéfila había sido ver los pechos desnudos de la Mirren en el famoso bodrio «Caligula».

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Mi antigua novia dando las jracias a Helen…en mis sueños (pincha aquí para verla a tamaño completo)

De hecho, Helen es la única actriz de renombre que salió en el truño que va a volver en el remake.

Y es que Sra Mirren sabe muy bien del efecto potente que sus tetas ejercen tanto sobre las munheres como sobre los onvres:

Helen Mirren tiene otras virtudes iguales de impresionantes que su arte y su famoso seno: es MUY graciosa y MUY fuerte, por lo que quiero elogiar estos aspectos de su personalidad también en este pequeño repaso de algunos trabajos suyos MUY superiores a pelis famosas sobrevaloradas como «La Reina» del igualmente sobrevalorado Stephen Frears.

Tanta admiración la tiene que en una comida con Paco Fox hace dos días le confesé que no podía  pensar en nada crítico, gracioso o sórdido que contar sobre la Helen. Me aconsejó a inventar algo tan depravado que, de pura absurdez, haría gracia a los lectores. Algo como decir que, «Te pone tanto que… ¡hasta en «Red» la follarías!»

No veo la gracia en contar algo tan serio, obvio y honesto. De hecho, Brian Cox (cuyo apellido rima con «Fox» pero significa «Pollas») me robó el papel perfecto en «Red» – el del viejo Escocés matón feo enamorada de la Helen.

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¿A que no te pongo cachondo, Sr Fox?

Lo Mejor de Helen Mirren:

Globos de Oro

Hizo su debut en una bobada titulada «Press to Play», pero el debut que nos importa, el de sus legendarias tetas, llegó tres antes mas tarde en el último filme del jran Michael Powell, quizás el mejor cineasta británico de todos los tiempos pero quien se había cargado su carrera con la misógina y sobrevalorada peli «El Fotógrafo del Pánico» (ovra preferida del misógino y sobrevalorado Martin Scorsese). Su titulo, «La Edad del Consentimiento,»  y el hecho que su protagonista fuera el jran James Mason puede dar la sensación que es una especia de «Lolita», pero no tiene nada que ver: es una comedia ligera y básicamente inocente basada en la vida del mismo artista australiano que Sam Neill representó en «Sirenas». (Peli, de hecho, que en los últimos días de la edad pre-internet solo interesaba al público para ver a Elle MacPherson en pelotas.)

Not-so-Little Mermaid

Helen, con 24 años entonces, es la musa del pintor, pero no hay nada guarrindongo en su amistad. Dicho esto, el papel de Helen sí es muy sexual, por supuesto, y da muchas oportunidades de verle en topless en playas paradisiacas.

¡Fue un palo!
¡Fue un palo!

(De hecho, en aquellos lejanos días pre-internet la peli solo  interesaba al público para ver a Helen en pelotas.)

La pena es que Powell no pudo cerrar su carrera con uno de los proyectos que realmente quería hacer: o su versión de la «Tempestad» de Shakespeare (con Mason como el mago Prospero), o su adaptación de «Un Mago de Terramar» y «Las Tumbas de Atuan» que había escrito con otra de mis seres más queridos, Ursula le Guin. El guión conjunto es muy bueno y se puede leer aquí.

Poco después, Helen tuvo que soportar la cruz obligatoria para toda actriz británica respetada de la época dispuesta a quitar la ropa en pantalla: salir en un truño de Ken Russell, en este caso «Mesías Salvaje.» Sin embargo, y a diferencia de otras musas del eterno geriátrico enfant terrible del cine británico, pongamos por ejemplo, Vanessa Redgrave o Glenda Jackson, el público estaba encantado con la posibilidad de ver a las míticas tetas de Helen en la gran pantalla. Y, sí: gracias a los depravados como yo que pueblan internet, las podéis ver aquí. Y gracias a Google NO insertadas en el blog, porque nos lo cierran.

Su primer papel realmente importante para el cine fue en «O Lucky Man,» (peli cuyo título en castellano – «Un Hombre de Suerte» – describe perfectamente a las parejas de Helen, tanto en la vida como en la pantalla, que reciban el honor de tocar sus pechos.)

Es un filme muy recomendable del interesante, aunque irregular, director Escocés Lindsay Anderson y parte de una idea del propio protagonista, Malcolm McDowell. La peli es épica, ambiciosa, critica con la sociedad británica sin ser didáctica, Brechtiana sin ser un rollo, divertida, fantasmagórica, sórdida e impredecible, con unas actuaciones espléndidas de grandes actores ingleses haciendo múltiples papeles sórdidos, y un uso fascinante de las excelentes canciones del ahora olvidado Alan Price. Haría muy buena sesión doble con «La Naranja Mecánica» porque tienen mucho en común.

El trailer oficial no le hace justicia (ni a la película, ni a la Helen) – pero aquí esta:


Hasta entonces, sus fans teníamos muy claro que era la mejor actriz sexy del Reino Unido (por ser la única buena actriz sexy del Reino Unido de mediados de los 70), pero estábamos a punto de descubrir también la fuerza de su personalidad porque su creciente fama significó que Helen tuvo que soportar la cruz obligatoria para toda persona famosa de la época: salir en el horrendo programa de entrevistas de Michael Parkinson. A día de hoy el repugnante «Parky» sigue siendo el más famoso entrevistador del Reino Unido por hacer la pelota a, en sus propias palabras:
A) «Leyendas de Hollywood» – feos y amargos actores secundarios seniles siempre dispuestos a contar una anécdota en plan, «John Ford era un hijo de puta que no me dio un papel por ser demasiado brillante,» que a nadie le interesaba excepto a Parkinson.
B) «Leyendas del jazz» – mucho peores que los anteriores: feos, aburridos y decrépitos «virtuosos» del clarinete siempre dispuestos a tocar una «melodía» que a nadie le interesaba (excepto a Parkinson).

C) «Leyendas de Broadway» – MUCHO peores que los anteriores: insoportables egoístas extrovertidas gritonas feas siempre dispuestas  a bramar una «canción» de Andrew Lloyd-Webber que a nadie le interesaba (excepto a Parkinson).
D) «El onvre mas gracioso del Reino Unido», el jran humorista escocés barbudo y feo Billy Connolly – siempre dispuesto a soltar muchas palabrotas o contar un chiste o experiencia realmente divertida sobre pedos, mierda, pis, genitales, enfermedades venéreas, o la religión que a todo el mundo le encantaba excepto los (millones de) intolerantes que quería ofender a propósito.

Seguid leyendo el resto aquí.

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