La primera peli sonora fue española


Publicado el viernes 5 noviembre 2010


Una cinta encontrada en la Biblioteca del Congreso de Estados Unidos prueba que Concha Piquer protagonizó la primera película sonora en español en 1923, cuatro años antes de que Alan Crosland rodara «El cantor de jazz», considerada por los historiadores como la primera obra cinematográfica hablada. El filme apareció finalmente en este lugar y el Congreso estadounidense donó a la productora del documental Conchita Piquer los derechos mundiales de la cinta, de la que se cederá una copia a la Filmoteca Española.

Una cinta encontrada en la Biblioteca del Congreso de Estados Unidos prueba que Concha Piquer protagonizó la primera película sonora en español en 1923, cuatro años antes de que Alan Crosland rodara «El cantante de jazz», considerada por los historiadores como la primera obra cinematográfica hablada.

Fragmentos de esta película serán emitidos este jueves en La 2 de Televisión Española dentro del documental Conchita Piquer, dirigido por Jorge M. Reverte y con guión de Agustín Tena, que fue quien localizó y recuperó el filme en Washington a principios de este año. «No sólo es la primera película sonora en español, sino que es cuatro años anterior a la que se considera oficialmente la primera», explica Tena.

Se trata de una cinta de once minutos que Lee DeForest rodó con una adolescente Concha Piquer y que incluye recitados, un cuplé andaluz, una jota aragonesa e incluso un fado luso (Ainda mais), lo que también la convierte, según Tena, en «la primera película sonora en portugués».

En el filme, exhibido en el cine Rivoli de Nueva York en 1923, la artista valenciana acompaña con sus castañuelas los bailes y canciones. Una biografía de la intérprete de Ojos verdes ya mencionaba la existencia de esta película, aunque la databa en 1927, debido a que fue en ese año cuando DeForest viajó a España para intentar vender su sistema de cine sonoro.

Sin embargo, Tena comprobó en la Internet Movie Data Base (IMDB), la mayor y más fiable base de datos cinematográfica en la red, que el copyright de la película aparecía fechado en 1923, y con este dato localizó a un coleccionista estadounidense, ya octogenario, que tuvo en su poder la cinta hasta que la cedió a la Biblioteca del Congreso.

El filme apareció finalmente en este lugar y el Congreso estadounidense donó a la productora del documental Conchita Piquer los derechos mundiales de la cinta, de la que se cederá una copia a la Filmoteca Española.

Via | El País

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