Crítica: Looper


Publicado el domingo 28 octubre 2012


Se ha venido haciendo ruido de Looper, la peli protagonizada por Gordon Levitt y Bruce Willis. La han tildado de obra maestra con buen argumento. Yo la fui a ver el viernes, tras una semana en cartelera. Lo primero que me dio mala espina es que esta relegada a una sala minoritaria en un multicine de calibre. Supongo que el día del estreno ya no se estrenó en una de las grandes, mayoritariamente a uno de los errores máximos: poco marketing. Excepto los trailers en inglés que he posteado aquí con anterioridad, no he visto demasiado más. También es verdad que últimamente mi vida no me deja ir al cine tanto como antes.

Aparte de que ha sido un estreno no mundial (en el sentido que no la han estrenado simultáneamente en todos lados, sino que escalonadamente), la prensa especializada yankee la tildaba de gran obra, y de peli que no se puede dejar de ver. Voy a proponer en los sucesivos párrafos el porqué no es tanto como la pintan.

Empezemos por lo básico: el guión es bueno, pero no tanto. En un futuro, los viajes temporales serán inventados, se prohibirán (al propio estilo de Timecop) y sólo las mafias lo usarán para sus negocios turbios: matar gente. Como si no hubiera cosas mejores en que aprovechar esta tecnología… como hacerse rico enviando información al pasado. Hablando de esto, se habla de que si la gente que se envía al pasado para matarla no se mata, toda la linea temporal de esa persona cambia (y otras cosas más, evidentemente). Entonces llegamos al punto clave de los asesinos del pasado: matarse a sí mismo para que, en un posible futuro, no se destape el percal.

Aquí tenemos un cambio de narración al ver dos cosas: lo primero que vemos es como al prota, tras ser un reputado asesino ‘looper’, se le escapa su propio yo del futuro y en una escena cumbre, volvemos al punto en el que se enfrenta a sí mismo y consigue matar a su yo del futuro. Se explica entonces como lo atrapan y se las ingenia para volver y evitar su muerte.
He aquí el primer ‘problema’. Se supone que es una máquina del tiempo (en plan espacio-temporal), aunque no se ahonda en la tecnología ni física en la que se basa el viaje en el tiempo. Por otro lado, en ningún momento se especifica que la máquina sea en plan stargate: no mueve a las personas de sitio, además de hacerlo en el tiempo. Eso debemos suponerlo tras ver al prota del futuro afincado durante más de 30 años en China, cuando lo atrapan y lo devuelven al pasado. Primer pequeño gazapo, pero podemos darlo por ‘válido’.

Segundo punto importante: a partir de ese punto, la historia decae con mucho ahinco. No es para nada ágil, y la acción es reducida a cero durante gran parte de la peli. Solo al final se anima un poco. Pero nada espectacular.

Tercero: se supone que el prota aprovecha que viaja al pasado para arreglar un descalabro de un nuevo tirano que se está cargando a todos los loopers. Así que la idea es sencilla: con una fecha de nacimiento y un código del hospital, se saca una lista de 3 chicos (niños en el pasado que nos ocupa) que podrían ser el futuro tirano.
Esto no supondría ningún problema, si no fuera porque los accesos a historias clínicas son privados. Y lo serán siendo en el futuro. Es un derecho civil y humano. A menos que seas médico. El prota simplemente saca la información de donde están empadronados dichos niños accediendo en una biblioteca.

Segundo-tercer problema: de los 3 chicos, solo vemos que el prota mate a uno. Al segundo que va a entrar, hay un ex-looper que lo detiene y lo entrega de nuevo a las autoridades. Ergo no se carga al segundo, yéndose directamente al tercer niño, el cual ha estado protegido por su yo del pasado actual. ¿Cómo sabemos que es ese y no el segundo niño el posible tirano?
Te lo hacen entender por los hechos sobre la madre. Pero también es posible que, volviendo al segundo niño de la peli sin que el ex-looper estuviera por en medio, el prota intentara matar al niño, el niño saliera corriendo y matase a la madre. Factor clave cuyo niño no podría evitar, y en uno de los disparos una bala impactara en su mandíbula. Así que el argumento falla por ese lado, centrándose luego en el tercer niño ‘erróneamente’.

El final queda muy abierto. No termina ni bien ni mal. Pero así como termina, nada impide que el niño se vuelva un tirano en el futuro. No creo que se recaude mucho en esta peli, y hacer el final como queda, es como dejar la puerta abierta a una secuela, que no hace falta si la van a hacer tan mal como esta.

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